Rosas Azules

Como canción de Manuel García, fue leer
lo que escribiste, sobre aquella, la indicada,
la apasionada, la que el viento no se llevara
su aroma.

No era muy difícil fijar la vista en ella, con su chaleco morado
y su blusa blanca, con una gran sonrisa, preguntando sobre el
rol de la mujer. Ella la feminista que lo niega, y tu mejor que nadie
lo sabe, ya que fue eso lo que hablaste con ella la primera vez.

La amiga finalmente llego, no fue en vano que estuviese
esperando en la puerta, le hablaste no,
y se comprometió contigo de hablar luego y así lo hizo...
Apenas podía hablar, no dejaba de llorar, bien especial la
muchacha, había perdido sus llaves...

Plátano con leche la calmo y un beso la reconforto,
la nota que le regalaste aun la guarda, y espera que
se concrete la invitación que al tiempo después le hiciste.

Ella no se confunde, ni se asusta contigo, ya que tiene bien claro que
eres para ella, y  yo como su amiga lo sé, te quiere mucho...
no tengo claro si para jugársela, como tu le haz pedido, pero
a ella le gusta sentir ese interés que descaradamente manifiestas por ella.

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