Martina

Si alguien, me escucha en la calle hablar de Martina, Clemente, Mateo y Florencia, lo relaciona a niños o a mis hijos, algo así... la realidad es que son los nombres de mis gatos, si bien ya no tengo a los 4, los 3 que quedan, llenan la casa de amor, de alegría y por sobre todo de pelos...

En esta oportunidad, voy a escribir, del ser, que más amor, alegrías, es la más fiel de todas y todos, mi gata Martina.
Luego de la muerte de Clemente, pase una semana encerrada y llorando, lo que llevo a una acción articulada con el objetivo de encontrar otro gato blanco, así llegaron a un taller mecánico, donde había una gatita "semi" blanca, las patitas eran negras, tenia 45 días de vida y estaba con resfrío que provocaba que cada vez que estornudaba sangraba.

A una semana exacta de la muerte de Clemente, mi mamá llego con una cosa, blanca muy sucia, llena de pulgas, solo basto mirarnos, para comenzar un a tejer un nexo que hasta ahora nos une de una forma indescriptible, la llame Martina y la bañe, con agrado descubrimos que no tenia las patitas negra, sino que era grasa de autos, mi gata, de 45 días grandes ojos azules y muy blanca, hoy es la ama de la casa. Me ha acompañado en largas noches de estudio, en todo el proceso de la tesis, me besa las manos y duerme junto a mi...

Definitivamente, Martina en mi vida, es tener un pedacito del cielo en mi casa...  es mi gata



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